Se trata antes que nada de un proyecto familiar, que nace de los sueños compartidos de dos amantes del vino, Belén Soler Valle, quien lo dirige como manager, junto a su marido, Nicolás Burdisso, ex futbolista, quienes han logrado conformar un talentoso equipo convocando al reconocido enólogo Bernardo Bossi Bonilla y al ingeniero agrónomo Marcelo Canatella, dos importantes referentes en la escena vitivinícola mendocina.
Un ansiado debut
La llegada de su primer Cabernet Franc es motivo de grandes celebraciones para la familia ya que se trata de un varietal que los enamora y los conmueve profundamente, conscientes de la calidad que es capaz de desarrollar la variedad en este terroir soñado.
Una variedad tinta que da que hablar
Originaria del clima húmedo de Bordeaux (Francia), el Cabernet Franc es una variedad relativamente jóven para la Argentina vitivinícola, de la cual hay aún muy pocas hectáreas plantadas, adaptándose de manera excepcional a los viñedos de altura (a más de 900 msnm) y al clima seco de la provincia de Mendoza. Comenzó a ser plantada en el país en los años 90 para darle fuerza a los vinos de corte, sin imaginar que se convertiría en un varietal en sí mismo. Si bien la superficie plantada con Cabernet Franc es mínima en relación a otras tintas, la variedad sobresale ampliamente por su calidad.
Expresa Belén Soler Valle, manager y co-fundadora
Potrero Reserva Cabernet Franc
Al hablar de sus suelos, podemos visualizar que poseen un gran componente calcáreo que ayuda a brindarle a los vinos una complejidad única e inigualable.
Encontramos al degustarlo un vino profundo, de color violáceo intenso y brillante. En aroma es vivaz, con acentos de fruta fresca y algo madura. En boca es intenso con taninos bien amalgamados, es un vino expresivo, vibrante y de grata persistencia.
Ideal para acompañar carnes asadas y braseadas, como así también quesos maduros.
Precio sugerido en vinotecas: $640
Si hablamos del Cabernet Franc de Vinos de Potrero es completar la línea, salir de los clásicos y sumar este exponente que es muy representativo tanto en el mercado interno como el externo. Decidimos colocarlo en el segmento del Reserva justamente porque queremos que la gente lo conozca, que tenga total acceso a poder probarlo y conocerlo. Es un segmento que tiene rotación, ¡está muy bien calificado y va a competir muy bien!
Lo elaboramos de manera tradicional en piletas de hormigón y posee 12 meses de maduración en barricas usadas de roble francés”.Asegura Bernardo Bossi Bonilla, enólogo de la bodega.